viernes, 9 de mayo de 2008

Derecha, izquierda...

-Derecha, izquierda, derecha...mierda por aquí no hay salido...joder por aquí ya he pasado...derecha, derecha, esta marca la hice antes ¿no?...no sé con quién hablo, es un laberinto sin salida, y encima estoy solo...

Necesito la salida ya, no aguanto más "calle cortada"...necesito una manita que me sostenga y otra que me de el empujón...necesito correr sin tener ningún rumbo...llegar al lugar donde las piedras se aburren, los leones tienen miedo, los pájaros nadan y se hable con la boca cerrada...

-¿Sabes dónde está la salida de tu laberinto? en la entrada del suyo...

Su laberinto...necesito perderme en su laberinto, recorrer cada hueco, recordar cada rincón, atravesar cada pared, chocarme con cada esquina...

-Pues entonces lo que necesito es saber cómo llego a esa entrada, dime, ¿cómo se llega?

Su entrada...creo que una vez la ví, era azul, muy azul...

-Pero ¿porqué quieres salir de un laberinto para entrar a otro?

Eso si que es una buena pregunta...

-No lo sé, digo yo que en alguno habrá una especie de premio, regalo...

¿Regalo?¿Premio? un verdadero regalo sería volver a ver sus ojos a menos de un centímetro...

-Entonces te diré cómo llegar, eso sí, tendrás que tener en cuenta las consecuencias...

Consecuencias, nunca me ha gustado esa palabra, siempre ha sido mala señal, no han sido buenas consecuencias, siempre han sido malas consecuencias...

-Bien pues dímelo...¿hola?mierda se fue, jugó con mi ilusión y yo sigo perdido y solo en este laberinto...derecha, ahora a la izquierda...

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